Mis colores, al despertar un nuevo dia
de amaneceres, que fueron alguna vez dorados y azules
con nubes blancas como hechas de ensueños,
se han hecho grises y muertos con el tiempo.
Hoy el cafe -una relativa costumbre-
nuevamente ha aromatizado mis sentidos,
de una manera elegante y vaporosa
deslizandose por mi garganta con un sabor indescifrable.
Enciendo un cigarrillo, otro mas en mis labios
de muchos ya consumidos en mis dias,
sutiles dagas que mis tejidos desgarra,
pidiendo un poco de paciencia a la dulce Parca.
Una copa de vino es exquisita delicia,
excitante y añeja esencia del alma humana,
gustos que para muchos son meramente triviales
son para mi, pequeñas cosas que se han vuelto esenciales.
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